jueves, 16 de agosto de 2012

Modelos de producción y flexibilidad laboral: un análisis desde los postulados de Enrique De la Garza


Es elemental considerar que la flexibilidad, pasa a ser un concepto clave en los estudios laborales a raíz de la gran transformación socio económica, tuvo grandes cambios en casi todos los ámbitos: económico, político, social, cultural e intelectual, afectando los paradigmas imperantes en las ciencias sociales y generando un impacto en los estudios laborales en América Latina.

En sus investigaciones, De la Garza (2002), se diferencia el análisis en tres grandes aspectos teóricas que aportan un marco referencial para entender, al menos hipotéticamente, el fenómeno de la flexibilidad laboral a fin de que:
a) Los neoliberales en economía, para los que la flexibilidad del trabajo sería una condición abstracta para que haya tendencias hacia el equilibrio, única forma de convergencia que es reconocida.
b) La doctrina de la “nueva ola” del management, que adoptó la perspectiva de la calidad total y el justo a tiempo.
c) Los intelectuales posfordistas con su propuesta de flexibilidad negociada u ofensiva.

Algunos de los supuestos más importantes de la teoría neoclásica, son:
1.-  La racionalidad de los agentes (buscando la máxima utilidad).
2.-  La construcción de modelos como si fuera posible controlar variables.
3.-  No se toman en cuenta instituciones extraeconómicas, culturas o conflictos, pues a todos estos factores se les considera externalidades o fallas del mercado.
4.-  Si se mantienen condiciones de competencia perfecta se tenderá al equilibrio.

Vale la pena destacar, que los trabajadores son tratados como unidades perfectamente sustituibles o intercambiables, dejando al margen la diversidad que caracteriza a la fuerza de trabajo, la cual obedece a características antropológicas, categorías, experiencia, competencias, personalidad, entre otras. Además, este mercado está caracterizado por la asimetría y la heterogeneidad desde su estructura, relaciones, salarios, protección social, entre otros.

Dentro del postfordismo se enfatiza en tres principales teorías que tienen en común los cuales son el regulacionismo, neoschumpeterianismo y la especialización flexible.

La crisis del fordismo como modo de regulación, es pensada en dos niveles: uno macro y el otro micro. El macro, tiene que ver con la incapacidad del Estado de continuar articulando consumo y producción en masa (especialmente en la regulación de los niveles salariales); el nivel micro, se manifiesta en los procesos productivos, con énfasis en la rigidez de la producción taylorista fordista, ya que esta llevaba a un aumento de los tiempos muertos o improductivos y como consecuencia a un estancamiento de la producción.

Los enfoques neoschumpeterianos, se esfuerzan por romper el dilema de si se trata de un determinismo tecnológico, si el mercado empuja a la tecnología o esta al mercado, o si la tecnología es una variable exógena e independiente del mercado.

Por otro lado, esta teoría afirma que la pequeña y la gran empresa no son excluyentes, sino que la contribución entre ellas lleva a la conformación de redes y a la reestructuración de las grandes corporaciones.

El Modelo japonés (nueva ola de la gerencia) se adapta a las estrategias gerenciales de los cambios actuales, así como en la búsqueda de un modelo alternativo a la rigidez taylorista-fordista. Esta necesidad ha llevado a presentar el modelo gerencial japonés como el ideal, lo que algunos han llamado “sistematización occidental de las experiencias japonesas”, en cuyo marco se habla del toyotismo, de calidad total y de justo a tiempo.

La metodología utilizada es documental; planteada por Correa Seijas Marisela, en la cual consistió en centralizarse ante las nuevas condiciones de apertura y globalización económica, se consideran teorías que coinciden en hacer cambios tanto en la producción como en la regulación de los mercados y especialmente en el laboral.

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